jueves, 18 de enero de 2024

Gracia Extravagante... Para un impostor

Título: Gracia Extravagante... Para un impostor

Serie: Jesús es...
* Sermón predicado el domingo 14 de Enero de 2024 a la Iglesia "Church on the Hill - Latino" mediante una transmisión en vivo Vía Facebook debido a una tormenta invernal.

Pastor: Pbro. Jony Bernal


Gracia extravagante… para un impostor.


Que alegría estar juntos una vez más!


¿Qué tal el frío para ustedes?

Han sido días intensos e interesantes.


Dios ha sido bueno con nosotros.

Déjenme decirles que el miércoles pasado tuvimos un increíble tiempo de estudio bíblico. Estamos estudiando el Evangelio de Marcos y descubrimos cosas muy emocionantes en el capítulo 1.

La próxima semana estaremos estudiando el capítulo 2 así que, no te lo pierdas. Nos reunimos a las 6:30pm en el salón 117.


Bueno, vamos a avanzar.

Durante este mes vamos a estar hablando de GRACIA.

Nuestra serie se llama Gracia Extravagante y nos invita a ver cómo la Gracia de Dios es suficiente para usarnos, no importa nuestra condición.


La semana pasada aprendimos que a Dios no le preocupa nuestra edad, Dios puede usarnos a todos, a cualquier edad, para cumplir su misión.


El día de hoy hablaremos de una historia bastante conocida y muy interesante.

Hablaremos de un joven que se portó mal.

Que fue un impostor. Que robó una bendición.

Pero que después de un encuentro con Dios, su vida cambió y la gracia de Dios fue suficiente para usarlo a pesar de su pasado.


¿Estas listo?

Vamos a orar.


Primero vamos a conocer la historia difícil.

Abre tu Biblia en Génesis 27 y vamos a leer solo tres versículos para iniciar, versos 22, 23 y 24.



22 Jacob se acercó a su padre, quien al tocarlo dijo:

—La voz es la de Jacob, pero las manos son las de Esaú.

23 Así que no lo reconoció, porque sus manos eran velludas como las de Esaú. Ya se disponía a bendecirlo

24 cuando volvió a preguntarle:

—¿En serio eres mi hijo Esaú?

—Claro que sí —respondió Jacob.


Para quienes no conocen la historia, y les gustan las novelas, les voy a recomendar leerla.

Pero déjenme tratar de resumirla de manera rápida para ustedes ahora mismo.


Jacob y Esaú eran hermanos. Hijos de Isaac y de Rebeca.

Isaac fue el hijo que tuvo Abraham, al que iba a sacrificar, el hijo de la promesa.

La Biblia nos dice en Génesis 25 que desde el vientre de su madre los dos chicos ya estaba luchando. Eran mellizos. Cuando su madre Rebeca pudo dar a luz, salió primero Esaú, pero Jacob salió agarrado de su talón.

La escritura nos da a entender que había una lucha entre ellos desde el vientre de su madre por quién sería el primogénito.


Ahora, es importante que yo les diga que había un beneficio y una bendición especial para los hijos primogénitos en ese tiempo.

Trataré de explicarte rápido:

En primer lugar, se consideraba que el hijo primogénito le pertenecía a Dios. 

Y hablando de posesiones, o de la herencia que recibirían cuando su padre decidiera entregarles... el hijo primogénito recibiría el doble que los demás.

Por ejemplo, La herencia para Esaú y Jacob no se dividiría en dos, sino en tres partes iguales, de tal manera que Esaú tuviera el doble de lo que tendría Jacob.



Para nuestro tiempo, esto no parece justo pero así es como funcionaban las cosas en ese tiempo.

(Otro ejemplo: Si eran cuatro hijos, la herencia se dividiría entre cinco para que el primogénito tuviera el doble que sus hermanos)


Pero, volvamos a la historia.

La Biblia nos dice que, aunque eran hermanos mellizos, ambos eran muy diferentes.

Mira lo que dice el capítulo 25 verso 27


27 Los niños crecieron. Esaú era un hombre de campo y se convirtió en un excelente cazador, mientras que Jacob era un hombre tranquilo que prefería quedarse en el campamento.


También más adelante podrás leer que Esaú era velludo mientras que Jacob era lampiño.


Y entonces, aquí es donde la historia se pone interesante.

Puedes leerla durante esta semana en los versos finales del capítulo 25.


Un día que Esaú volvía del campo, tenía mucha hambre, de echo el mismo Esaú dice que sentía que se moría de hambre.

Jacob había guisado un guiso de lentejas y Esaú se le pidió.

Entonces Jacob hizo una propuesta interesante:

Vendeme tu primogenitura.

Y qué creen que pasó?

El hambre que tuvo Esaú le hizo aceptar la propuesta.


Esaú vendió sus derechos de hijo primogénito por un guiso de lentejas.


Creo que después debo predicar de esta historia más detenidamente pero... por ahora pasaremos rápido.



Entonces… se pelean desde el vientre.

Jacob le vende un guiso de lentejas por la primogenitura a Esaú.

Es importante mencionar que Esaú aceptó.

Y la vida siguió...


Cuando su padre estaba por morir, ocurre la parte más complicada de esta historia.


Isaac, el papá sabe que va a morir pronto.

Entiende que debe dejar la bendición de hijo primogénito a Esaú.

La bendición de primogénito es algo especial que hacían los papás por sus hijos mayores era una declaración especial sobre la vida de su hijo mayor y una intercesión de manera especial ante Dios para la bendición de su primogénito.


Entonces, manda llamar a Esaú.

Le pide que vaya a cazar algo, que con la caza le cocine un guisado y le dice que después de eso lo va a bendecir.

Nota importante de agregar, su padre ya no puede ver bien.


Entonces Jacob, con ayuda y guía de su madre, va y prepara un guisado de cabrito, se pone la piel de cabrito sobre su cuerpo para ser velludo y entra a recibir la bendición que le correspondía a su hermano mayor.


Qué tal la historia? Suena como cualquier buena telenovela mexicana.


Finalmente, el padre, sin darse cuenta de a trampa, da la bendición de primogénito al hijo equivocado.

Más tarde llega Esaú con otro guiso, listo para recibir la bendición, y su padre se sorprende y le dice que ya ha entregado la bendición de hijo primogénito.


Entonces Esaú, completamente enojado, toma la decisión de que cuando su padre muera, matará a su hermano.



Así nuestra historia de hoy.

A nuestros ojos, parecería ser que no se puede hablar de Gracia.

Muchos de nosotros pensaríamos que sería casi imposible que Dios esté dispuesto usar a alguien como Jacob.

Pero déjame decirte que La Gracia Extravagante de Dios está disponible para cualquier persona, no importa su pasado.


Déjame hablarte de dos elementos que encuentro en la vida de Jacob que cambiaron su destino.


El primero de ellos está en Génesis 28:16-17

16 Al despertar Jacob de su sueño, pensó: «Sin duda, el Señor está en este lugar y yo no me había dado cuenta».

17 Y con mucho temor, añadió: «¡Qué asombroso es este lugar! ¡Es nada menos que la casa de Dios y la puerta del cielo!».


#1

Jacob entendió que Dios está en todo lugar y le reconoció como Señor.


En su huída de su hermano mayor, la historia nos cuenta que Jacob se quedó dormido en un lugar llamado “Luz” y ahí pudo ver a Dios en sueños.

¿Te imaginas algo así?


Un hombre que está huyendo de su hermano mayor porque quiere matarlo, que ha robado la bendición de su hermano  mayor y que ha dejado la casa de sus padres para probar suerte en un nuevo lugar de pronto se encuentra con Dios en sueños.


Una de las primeras cosas que podemos aprender de Jacob es la siguiente:

"Dios está en todo lugar y me conoce tal y como soy, aún con mi pasado”


Dios es omnipresente y omnisciente.

Es decir, Dios está en todos lados y sabe todo.



Creo que muchos de nosotros tenemos cosas que hicimos en nuestro pasado que nos avergüenzan y que preferimos ocultar... algunos preferimos huir de ellas... otros preferimos no enfrentarlas. 

Pueden ser situaciones con la familia en las que lastimamos a alguien.

O amigos a quienes les fallamos. O en algún trabajo dónde hicimos daño a alguien más sin estar completamente consciente de las consecuencias.


Tú y yo sabemos que Dios está en todo lugar y que Dios lo sabe todo. Y entonces, a veces esas situaciones del pasado no nos permiten avanzar, crecer, ser libres.

Es posible que esas cadenas que nos atan también estén limitando nuestra relación con Dios.


Algo más que podemos aprender de la historia de Jacob es que:

"Dios es el Señor y está dispuesto a bendecirnos si decidimos volvernos a Él”


¿Tú crees esto?

¿Crees que Dios puede bendecirte a pesar de tu pasado?

¿Crees que Dios puede transformar tu presente y mejorar tu futuro?

¿Estarías dispuesto a hacer un voto con Dios como lo hizo Jacob y hacerlo tu Señor?


Déjame ir al segundo elemento en la vida de Jacob que cambió su destino.


Ve conmigo a Génesis 32:26-28

26Entonces dijo:

—¡Suéltame, que ya está por amanecer!

—¡No te soltaré hasta que me bendigas! —respondió Jacob.

27—¿Cómo te llamas? —le preguntó el hombre.

—Me llamo Jacob —respondió.

28Entonces le dijo:

—Ya no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres y has vencido.



#2 

Jacob luchó con Dios hasta que recibió su bendición.


Ésta segunda historia en la Biblia está justo antes del desenlace de la historia trágica entre Esaú y Jacob.

Ya no había escapatoria. Esaú y Jacob habían crecido, tenían familia y cada uno había prosperado... y estaban a punto de encontrarse.

Un viaje necesario de parte de Jacob le requería ver frente a frente a su hermano.

Empezó a idear una estrategia sencilla que consistía en dos pasos: Pedir ayuda a Dios en oración y Enviar regalos por adelantado a su hermano, junto con sus posesiones y ganados en pequeños grupos.

Así podría saber, si su hermano seguía enojado.

En caso de que su hermano no recibiera los regalos o decidiera destruir sus posesiones o matar a su ganado.

Finalmente, lo último que mandó Jacob fue a su familia y se quedó solo.


Y entonces, estando solo, dice la Biblia que un varón se le apareció y luchó con él. A ciencia cierta, el pasaje no nos presenta explícitamente quién era el hombre pero por la conversación que tuvo con Jacob, los comentaristas bíblicos han deducido que era el ángel de Dios, o bien, Dios mismo en presencia de Jacob.


Quiero que imagines la escena como te la voy a contar.

Jacob, a pesar de los años que habían pasado, estaba lleno de temor.

Dios había permitido que prosperara pero seguramente la promesa de su hermano no se le olvidaba.

Le hacía sentir bien que vivía lejos, tenía posesiones, tenía ganado, tenía familia... pero esa noche, justo antes de enfrentar su destino, se quedó solo.

Y estando solo, Dios decidió encontrarse con él.



La realidad es que me encantaría tener más detalles de lo que ocurrió esa noche.

¿Fue una pelea cuerpo a cuerpo?

¿Fue un debate de argumentos?

¿Fue una conversación acalorada?


Tal vez Jacob estaba tratando de defender lo que hizo en el pasado.

Estaba tratando de explicar sus razones.

O tal vez ya estaba arrepentido y no quería morir, ni ver morir a su familia.

El caso es que estaban luchando.


Lo interesante es que, aunque Jacob no tenía posibilidades de ganar… Se aferró a Dios.


"Jacob decidió aferrarse a buscar la bendición de Dios”.


Sabía que el destino que le esperaba no era muy prometedor, pero también Jacob sabía que si Dios lo bendecía, Él podría cambiar su destino.

Y luchó por eso. Luchó con Dios para cambiar su destino.

Se aferró a eso. Peleó con todas sus fuerzas.

Inclusive, la Biblia nos dice que le quedaron secuelas de esa lucha.

Pero decidió de manera determinada que no daría un paso más hacia su destino sin tener la bendición de Dios.


¿Y sabes qué sucedió?

Recibió la bendición.


Muchos de nosotros tenemos el deseo de cambiar, de que nuestro presente y nuestro futuro cambie.

El pasado nos persigue y algunas veces nos atormenta.

Nuestras acciones de años atrás nos hacen sentir temerosos o avergonzados.

O simplemente, algunas cosas que hicimos no nos hacen sentir orgullosos y por el contrario, somos esclavos de sentimientos que no nos permiten presentarnos libres ante Dios.



Déjame repetirte la frase central de este mensaje:

La Gracia Extravagante de Dios está disponible para cualquier persona, no importa su pasado.


En nuestro punto número uno, en los últimos versículos del capítulo 28, aprendimos que Jacob decidió hacer voto con Dios y hacerlo su Señor.

Es decir, tomó una determinación de dejar de hacer lo que Él deseaba y dejar que Dios fuera su Señor.


Y en este punto número dos, en el Capítulo 32, vemos que Jacob estuvo dispuesto a aferrarse y luchar por la bendición de Dios


¿Cómo está tu vida hoy?

Tal vez algunos de nosotros nos sentimos identificados en algún punto con Jacob.

Éste es un ben tiempo para acercarnos a Dios.


Quiero invitarte a orar y acercarte al Señor.

Invítale a ser tu Señor. Entrégale tu pasado.

Pide perdón si es necesario.

Reconoce tus faltas y pídele que te ayude a tomar mejores decisiones.

Dios está en todo lugar y te conoce tal cual eres.


También quiero motivarte a aferrarte al Señor.

Pídele que te bendiga.

Asegúrate de no enfrentar el día de mañana tu destino sin haber recibido la bendición de Dios.

Asegúrate de que cuando salgas de este lugar, su presencia y su bendición te acompañan.


Ninguno de nosotros sabemos lo que nos espera el día de mañana.

Pero seguramente será algo bueno si contamos con la bendición de Dios.


Oremos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario