lunes, 15 de enero de 2024

Desierto

 ¿Ya leíste Marcos 1:12-13?

¡Es un pasaje muy interesante!

Te lo escribo aquí (Marcos 1):
12 Enseguida, el Espíritu lo impulsó a ir al desierto
13 y allí fue tentado por Satanás durante cuarenta días. Estaba entre las fieras y los ángeles le servían.

Responde conmigo algunas preguntas:
- ¿Quién impulsó a Jesús al desierto?
- ¿Cuánto tiempo estuvo Jesús en el desierto?
- ¿Quién tentaba a Jesús en el desierto?
- ¿Quienes acompañaban (y tal vez atacaban) a Jesús en el desierto?
- ¿Quienes servían a Jesús en el desierto?

*******
¿Qué te dicen las respuestas?
Quiero compartir contigo la siguiente meditación que hace algunos días:

Muchos de nosotros, como creyentes, entendemos que un “desierto” es un tiempo de prueba por el que pasamos.

Este pasaje es increíble!

Que interesante es observar que quien impulsó a Jesús al desierto fue el mismo Espíritu!

Si nosotros tuviéramos la certeza de que cada vez que pasamos por un “desierto”, probablemente nuestra actitud cambiaría, porque entenderíamos que Dios nos tiene allí para prepararnos para lo que vienen.

Ahora bien, dice la palabra que Jesús estuvo en el desierto por cuarenta días.

Cuarenta días, es decir, más de cinco semanas o, en otras palabras, más de un mes!

A veces cuando pasamos por nuestro “desierto”, sentimos que con un día es suficiente, o bien… una semana y “ya, por favor”. Queremos que Dios responda rápido, queremos recibir la bendición o salir de la prueba lo más pronto posible pero en muchas ocasiones necesitamos que nuestro desierto dure “un poco más” para aprender a defender completamente de Dios y descansar en su voluntad.

Seguimos con la parte más compleja.
Jesús, impulsado por el Espíritu al desierto, durante 40 días… pasó por tentaciones. Esas tentaciones venían, nada más y nada menos que el mismo Satanás.

Muchas veces, más bien… casi todas las veces! El enemigo aprovechará nuestro paso por el “desierto” para tentarnos. No es fácil pero es posible seguir adelante.
Si estás en un desierto, y con el tentador encima, es necesario que te acerque más a Dios, que ayunes, que medites en su palabra y que te rindas en adoración ante Él.

Después el pasaje dice que Jesús estaba con las fieras.

Esto me hace pensar que, aún en medio de nuestro “desierto”, vivimos en un mundo real lleno de dificultades y peligros que nos están rodeando. Debemos estar listos para mantenernos firmes y hacerles frente.

Y finalmente el pasaje dice que los ángeles servían a Jesús.

Esta parte del pasaje me da esperanza.
Me hace entender que cuando estoy pasando por un “desierto” al cual el Espíritu me ha impulsado, aún y cuando estoy siendo tentado por el enemigo y atacado por las fieras, los ángeles del Señor siempre están alrededor de mi, dispuestos a acompañarme.

Wow! Que interesante pasaje!

Claro, estoy de acuerdo contigo, a nadie nos gustan los “desiertos” pero, si es un tiempo que el Espíritu de Dios está impulsando en tu vida… enfrenta tu “desierto” con fe porque el Señor te está preparando para lo que viene.

¡Ánimo!
Dios te bendiga.

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