En mis tiempos como estudiante de la
Escuela Secundaria tuve la oportunidad de pertenecer a la Banda de Guerra
Escolar. Esta era una actividad extraescolar y la verdad no era fácil ya que
requería disciplina y esfuerzo en todo momento: llegar temprano, ensayar
formaciones, preparar toques, estar bien uniformados, ser buenos estudiantes,
entre otras; pero me dejó gratos recuerdos ya que los compañeros de clase y aún
los maestros nos respetaban y nos hacían sentir como el pequeño ejercito
escolar.
Recuerdo mucho a mi Sargento, el
Profesor Camacho, un hombre amable y atento pero al mismo tiempo alguien serio
y respetable.
Al tiempo de estar reunidos si
escuchábamos el toque “Llamado de banda” no importaba dónde estuviéramos o lo
que estuviéramos haciendo todos teníamos que presentarnos lo más pronto posible
frente a él, bien formados, uniformados, con el instrumento listo y dispuestos
a hacer lo que se nos solicitara. Era un llamado que no dejaba fuera a nadie
del grupo y que nos provocaba estar en alerta todo el tiempo mientras estuviéramos
ahí.
Hay llamados que suelen ser muy
interesantes y que nos ponen en alerta.
Seguramente tienes una experiencia con
alguno; puede ser que hayas experimentado un llamado de emergencia si estuviste
cerca alguna contingencia, o tal vez un llamado de tránsito al andar en un
automóvil o bien, aquél llamado que hacía mamá para que todos estuviéramos a la
mesa, listos para comer.
Hay dos versículos en la Biblia que
llaman poderosamente mi atención y se encuentran en el Libro de Mateo, en el
capítulo 28 y son los versos 19 y 20:
"Por tanto, vayan y
hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he
mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin
del mundo".
Éstas palabras son conocidas como “La Gran Comisión” y expresan una
orden que dejó Jesús a sus discípulos antes de ascender al cielo.
Vayan y hagan discípulos, bautícenlos y enséñenlos a guardar los
mandamientos.
Como cristianos tenemos una meta, un objetivo que alcanzar: “Ser como
Jesús”; ser fieles discípulos de Él.
Tu y yo somos cristianos y como discípulos de Jesús debemos reconocer
que este llamado aún es vigente para nosotros hoy día.
Jesús no está llamando solamente a “algunos” a su servicio. Él está
llamando a todos aquellos cristianos, a todos nosotros los que somos discípulos
de Él.
Tal y como lo hacía el Sargento Camacho con el “Llamado de Banda” hoy
día Jesús nos está llamando, no importa donde estemos o lo que estemos
haciendo, a estar dispuestos a servirle en lo que Él nos solicite.
¿Has escuchado el llamado de Dios?
¿Está tu corazón dispuesto a servirle?
Éste es nuestro tiempo. Él nos está
llamando a ir y hacer discípulos, a bautizar en su nombre y a enseñar sus
mandamientos a todas las personas que no le conocen. ¡Atendamos el llamado!