Hoy, que soy padre, entiendo que ¡Todo era Cierto!
Cada vez que mi padre me negaba algo o cuando me pedía (casi obligaba) a hacer aquello era porque me amaba y siempre ha buscado lo mejor para mí.
Como padre, nunca desearía que le sucediera algo malo a mi hijo; de hecho: ¡DESEO LO MEJOR PARA ÉL! No me gustaría que perdiera oportunidades importantes, tampoco que se junte con personas que no le provocarán algún beneficio, o que por querer agradar a otros tome decisiones que al final no le dejarán nada bueno.
- Mi hijo representa un especial tesoro para mí, es una parte de mí y siempre deseo ofrecerle lo mejor.
- Mi hijo hace que mi esfuerzo al trabajar sea especial, él provoca que mi sacrificio valga la pena y cuando lo veo contento soy feliz, porque él lo está.
Se que como padre en ocasiones habrá que decirle que no, o ponerle algunas reglas o castigos pero no lo haré porque yo lo deseo sino porque deseo lo mejor para él; porque lo amo.
- Como Padre anhelo que mi hijo llegue a ser y desarrollar todo el potencial que tiene de ser alguien de éxito.
- Como Padre me esforzaré para que sea un buen hijo y un ejemplo para su comunidad.
- Como Padre deseo darle todo lo que necesita, que no sea una necedad. Aunque cuando se pueda y de vez en cuando ¿porqué no?
A veces hay regaños, negaciones, reprensiones pero no negarás que otras tantas ha habido sorpresas, emociones y regalos.
Dios nos ama tanto que hizo un sacrificio grande al dar su vida a través de Jesús.
Mi padre siempre me dijo: "Si necesitas algo, cuenta conmigo; siempre que pueda te ayudaré".
Eso es algo que siempre le diré a mi hijo.
También se que es algo que Dios, nuestro padre celestial siempre nos está diciendo.
Dios siempre estará disponible para ti, para escucharte y ayudarte en el momento en que lo necesites.
¡Él es tu Padre! -Es lo que haría mi papá por mí, o yo por mi hijo.
Recuerda:
Dios te conoce mucho mejor que lo que tu papá te conoce.